Adrian Rees, Director Técnico Global, Static Control
Todo el mundo en la industria de impresión habla de los chips colocados en los cartuchos de tóner y de inyección de tinta. Es un tema imposible de evitar. Esas pequeñas máquinas pensantes y ecológicas están integradas en casi todos los cartuchos que fabrican los fabricantes de equipos originales en la actualidad.
¿Por qué es eso? Por un lado, el chip puede proporcionar mucha información útil a los usuarios finales, como mensajes de tóner bajo/sin tóner, la cantidad de páginas restantes y más. Sin embargo, la otra cara de la moneda es que el OEM puede usar el chip como un guardián para dificultar que los consumidores elijan cartuchos premium que no sean OEM.
Tácticas OEM
Los fabricantes de equipos originales sienten la presión del aftermarket que erosiona su participación en el mercado, por lo que están tratando de bloquear el uso de cartuchos de terceros completamente funcionales por cualquier medio necesario. La forma más común de hacerlo es a través de actualizaciones de firmware.
El firmware es la "mente" de una impresora. Es un software dentro de la impresora que le dice qué hacer. Los fabricantes de impresoras pueden emitir actualizaciones de firmware que mejoren el rendimiento y amplíen la compatibilidad para varias actualizaciones de software y sistemas operativos, pero en los casos más recientes, la actualización es realmente un arma contra el aftermarket.